Creemos firmemente en que la pedagogía maker tiene el poder de transformar la educación entendida como tal y tender un puente entre la educación y el mundo laboral. Iniciamos nuestra andadura en 2015 como un pequeño equipo de profesionales convencidos de que los makerspaces son la clave del futuro de la educación. Son espacios donde los niños obtienen conocimientos relevantes y pueden descubrir su potencial. Desde entonces nos hemos crecido hasta llegar a ser un equipo de 16 ingenieros, docentes, educadores maker, expertos de gamificación e innovadores todos fieles a la idea de acercar la educación maker a tantos niños es posible.
Nuestra metodología que está en continuo desarrollo ha sido testada con la participación de más de 10.000 niños y 300 docentes y también hemos asistido a la creación de 20 makerspaces escolares. Durante este proceso hemos recibido muchísimos comentarios positivos y hemos conseguido enriquecer aún más nuestro contenido. Ha quedado claro, que a pesar del desarrollo rápido de las tecnologías de educación el mero hecho de obtener recursos digitales es sólo parte de la solución, los docentes también necesitan asesoramiento e inspiración para que puedan utilizarlos. Eso es lo que nos ha motivado para crear el primer Maker’s Red Box, haciendo accesible nuestro currículo maker en el círculo más amplio.
Debemos mucho al movimiento maker que inició su andadura con la aparición de espacios comunes dispersados donde se reunían profesionales afines para compartir sus conocimientos y crear sus propias maquinarias digitales. Desde entonces esto se ha convertido en algo mucho más complejo, como lo formuló Dale Dougherty, el padrino del movimiento maker:
Todas las entidades deberían estudiar el movimiento maker para enterarse de cómo se crea un ecosistema de talento, de conexiones y de aprendizaje que nos lleva a una economía y sociedad realmente innovador.